Martes, 19 de Mayo de 2015
Por Cuauhtémoc Anda Gutiérrez
La muerte del niño Christopher
Raymundo Márquez Mora cuyo cadáver fue encontrado por la policía de la Ciudad
de Chihuahua el sábado pasado, lo encontraron con 27 puñaladas, su rostro
destrozado por los golpes de las piedras para finalmente fallecer asfixiado
¿qué pasó?, narra la policía que con otros cinco menores “jugaban” a los
secuestros, Christopher sólo contaba con 6 años y sus compañeros de juego 11,
12, 13 y dos de 15 años.
El jueves de la
semana pasada, la madre de Christopher denunció ante las autoridades que el
niño no había regresado a la casa. En tanto que uno de los adolescentes que
participaron en el “juego” (???) le confesó a su madre que Christopher había
muerto y que lo habían medio enterrado clandestinamente en un recoveco del río
cercano a su domicilio. Sobre el niño además de echar tierra pusieron un perro
muerto con el fin de que los malos olores se los atribuyeran al perro.
Los cinco menores
están detenidos y ahora viene la intervención de la justicia, la que de acuerdo
a las leyes de Chihuahua solo pueden ser imputados para un juicio los dos
adolescentes de 15 años, los demás quedaran al cuidado del DIF.
El domingo pasado en
el sepelio de Christopher Raymundo Márquez Mora sus familiares clamaron por
justicia y exigieron castigo para los asesinos y amenazaron con que si no había
justicia ellos la tomarían en sus manos, dada la saña con la que lo victimaron,
no creen que eso haya sido un juego.
Cabe señalar que
todos ellos se conocen porque son vecinos de una colonia formada por familias
pobres, donde además hay violencia y que está a unos metros de la penitenciaria
municipal.
Los tres menores de
11, 12 y 13 años que no pueden ser enjuiciados y se desconoce en cuánto tiempo
quedarán libres, por lo menos requieren de ayuda psicológica para superar un
trauma con el que van a vivir toda su vida. Se estima además que a los que van
a juzgar pueden condenarlos hasta con 10 años de prisión.
Sobre este caso, con
cuanta gente lo he comentado, manifestamos nuestra consternación primero por la
muerte del inocente, segundo la indignación porque fue torturado y tercero nuestra preocupación porque algo no
estamos haciendo bien y este tema muestra a las claras una descomposición
social que tiene que ver con todos los mexicanos, empezando por los Diputados
que no han hecho las leyes que obliguen a educar cabalmente a todos los niños.
He hecho un esfuerzo
recordando mi infancia, fui un niño pobre, estudié en un hospicio en donde
tenía compañeros varios años mayores que yo pero nunca a nadie se le ocurrió
“jugar” a los secuestros, es más, ni siquiera sabíamos que existía algo como
eso ¿Por qué estos niños y adolecentes si?, ¿Por qué hay tanta queja de
bullying?, ¿Por qué tantos ladrones menores de edad?, ¿Por qué en la filas del
narco hay tanto menor? Las leyes, están muy blanditas… clama la sociedad.
El caso que nos
ocupa, son muchas las personas que piensan que los cinco adolescentes deben
pasar una larga temporada en la cárcel. También los Diputados locales y
Federales tienen gran parte de culpa de que los jóvenes se hayan vuelto unos
verdaderos vándalos (sea en la calle o en los estadios de futbol) pues comenten
delitos y solo son detenidos por unas horas en lo que les fijan su fianza para
después salir libres, para que en el siguiente mitin o jugo vuelvan a delinquir
impunemente.
Los medios de
comunicación deben tener cuidado cómo van a presentar a estos adolescentes,
porque si presentan a los secuestradores como héroes, es pésima la lección que
dejan a la sociedad en general pero sobre todo a los niños.
Solo recuérdese el
sonadísimo caso de Florence Cassez, quien después de ser puesta en libertad
(porque la Procuraduría armó mal su juicio), fue recibida en Paris como una
heroína, sabiendo todos en México que era culpable de secuestros.
Por cierto, hace poco
estaba en pláticas para escribir su libro y también quieren hacer una película.
La tragedia del niño Márquez, creo que no en mucho tiempo dará pie a libros y
quizá a una película, que diga “el primero de los asesinatos en juego”, ésta
perversa profecía sólo puede evitarse si con seriedad analizamos qué estamos
haciendo mal, no solamente el gobierno, sino la sociedad en su conjunto, padres,
maestros y autoridades para que ya no se vuelva a repetir una tragedia como
esta