Viernes, 13 de Mayo de 2016
Por Cuauhtémoc Anda Gutiérrez
Con mucho cariño y admiración
para
mi distinguido nieto Cuauhtémoc Anda Castro
Ahora
estudiando e investigando en Singapur y deseándole éxito.
Al redactar estas notas tengo sentimientos encontrados porque pasan por
mi mente el cariño y el afecto que despertaron en mi los maestros que tuve
durante mi educación básica, después en el Politécnico y más adelante en
Francia y Estados Unidos, a todos ellos por una u otra causa les quedo
sumamente agradecido y este día mágico en México, me inspira para sentirlo y
decirlo. De la primaria al posgrado tuve toda suerte de maestros, desde
profesores sencillos hasta maestros encumbrados e incluso dos premios Nobel,
todos ellos con un denominador común, hombres y mujeres de bien, que en toda
época sentí buscaban y me aconsejaban para formarme mejor. Sería muy mal
agradecido si no los recordara este día.
Pero, ¿Por qué el 15 de mayo?, porque desde 1918 el Presidente Venustiano
Carranza estableció el 15 de mayo como el día del maestro, después de que en la
XXVII Legislatura, el Congreso de la Unión, ante una iniciativa de los
Diputados Basilio Vadillo, Adolfo Cienfuegos, Jesús Ibarra y Candor Guajardo
entre otros presentaron la iniciativa de celebrar a los maestros este día.
El 15 de mayo se celebra a San Isidro Labrador. Alguna vez pensé que
porque “labrar” es en buena parte la misión del maestro, para que a la hora de
la siembra se recoja el fruto del esfuerzo. Empero hay quienes dicen que en San
Luis Potosí vivía un maestro de nombre Isidro, muy querido por sus alumnos y
que los 15 de mayo iban a felicitarlo y mostrarle su afecto, lo cual debe de
ser cierto.
En otros países la celebración se hace en días diferentes, por ejemplo en
China es el 10 de septiembre; en Francia el 5 de abril; en España el 27
de noviembre y en Estados Unidos es el primer martes de la primer semana de
mayo. Curiosamente en Corea del Sur también el día del maestro se celebra el 15
de mayo, según investigamos es en memoria del aniversario del nacimiento del Rey
Sejong el Grande, considerado el padre del alfabeto Coreano, dicen que la idea
de celebrar ese día, es una manera de propiciar que todos los maestros sigan
los pasos de uno de los más grandes educadores de su historia.
Para entender el desarrollo
Educativo de nuestro país es importante revisar el entorno educativo
internacional, dando atención a los países exitosos. Como puede verse el tema
es muy amplio y sólo me referiré brevemente a tres países Japón, Finlandia y
Singapur.
JAPÓN. A mediados del siglo XIX, este país que destaca por su singular cultura
y carencia de recursos naturales era un país que tenía una forma de vida más
cercana a la Edad Media que a su época, hicieron una especie de revolución que duro
de 3 a 4 años, recogida en la historia como la Restauración Meiji, donde entre
otros elementos destacaba la obligación de dedicar el 10% del Producto Interno
Bruto (PIB) a la educación del pueblo.
Desde entonces, los japoneses han
asombrado y siguen asombrando al mundo con sus fantásticos avances tecnológicos
al grado de que en agosto de 1945, no obstante perder la Segunda Guerra Mundial y rendirse cuando
destruyeron con bombas atómicas Nagasaki e Hiroshima, sólo dos décadas después
eran nuevamente la segunda potencia económica del mundo, sólo superados por los
Estados Unidos. Este simple ejemplo y muchos más, muestran a las claras como
para sacudirse la pobreza y el subdesarrollo se debe de invertir en lo mejor
que tiene un país, su capital humano.
A mediados del siglo XX, las
Naciones Unidas a través de la UNESCO hicieron investigaciones que los llevaron
a pedir a los países miembros de tan importante organización dedicaran el 8% de
su PIB para la educación, en México con todo y la participación privada no
hemos pasado del 6%. El resultado es el vergonzoso rezago educativo que tenemos
y que adelante veremos.
FINLANDIA es una República Parlamentaria con 5.3 millones de
habitantes, ubicada en el norte de Europa, tiene fronteras al oeste con Suecia,
al Este con Rusia, al Norte con Noruega y al Oeste y el Sur se encuentra el mar
Báltico. Su territorio es de 304 mil kilómetros cuadrados, una sexta parte del
territorio mexicano, sin embargo es el sexto país en extensión territorial de
Europa.
Finlandia fue parte de Suecia
hasta 1809 y luego se le anexo la Rusia Imperial y después el 1917 obtuvo su
independencia. Actualmente goza de un gran prestigio internacional pues en las
diferentes mediciones internacionales se encuentra que prácticamente no hay
corrupción, que sus alumnos obtienen los primerísimos lugares en los concursos
entre varios países y Helsinki, su capital es una ciudad cada vez más visitada
por hombres de negocios y por académicos deseosos de saber cuál es el secreto
de sus éxitos. Su Presidenta es la señora Tarja Halonen, a quien el conocido
periodista Andrés Oppenheimer, nos narra en su libro “Basta de Historias”,
cuando la entrevistó.
El Secreto: Educación, educación, educación.
La Presidenta de Finlandia, Tarja
Halonen, me recibió en el palacio presidencial con una sonrisa y unas palabras
inentendibles en español que, según me dijo después en inglés, había aprendido
durante sus días como activista de derechos humanos en misiones a Chile y
Argentina durante las dictaduras militares en esos países. Estábamos en el
salón de huéspedes del papalacio presidencial, que – acorde con la cultural
mesura del país- parecía más una casona sobredimensionada que una sede de
gobierno. En efecto, era una casona del siglo XIX que había pertenecido al
empresario J. H. Heidenstrauch, y que me pareció muchísimo más pequeña que la
mayoría de los palacios presidenciales que suelo visitar cuando entrevisto a
presidentes latinoamericanos.
Halonen, ex canciller y ex
ministra de Justicia, estaba en su segundo mandato de seis años, que culminaría
en el 2012. Me invitó a sentarme y colocó delante suyo una ayuda memoria con
estadísticas que traía preparadas de antemano. ¿Cómo hizo Finlandia para pasar
de ser un país agrícola que sólo exportaba madera a ser un exportador de alta
tecnología?
“El secreto es muy sencillo y se
puede resumir en tres palabras: Educación, educación, educación”, respondió. En
las últimas décadas Finlandia invirtió más que casi todos los otros países en
la creación de un sistema educativo gratuito y en la investigación y en el
desarrollo de nuevos productos. Esto le permitió al país pasar de ser una
economía agraria, basada en la industria maderera, a tener una industria de
tecnología avanzada.
¿Y cuál es el secreto de su
sistema educativo?, le pregunté. Entre otras cosas el excelente nivel de
capacitación de los maestros de escuelas primarias, dijo. “Tenemos una larga
fila de expertos internacionales que están haciendo cola frente a las puertas
de nuestro Ministerio de Educación para
ver qué pueden aprender del sistema, lo que les cuesta creer es que la
respuesta sea tan simple como tener buenos maestros.”
Halonen explicó que los maestros
en su país necesitan tener una maestría de las universidades con carreras
acreditadas en educación para poder enseñar en primer grado, y una licenciatura
para ser maestros de jardines infantiles. Y los maestros gozan de un estatus
social especial en este país: reciben una buena paga –empiezan ganando el
equivalente a unos 3300 dólares al mes, un salario no mucho menor que el de
otros profesionales, y su profesión goza de gran prestigio. No es nada fácil
ser admitido en la Escuela de Educación de la Universidad de Helsinki: tan solo
uno de cada 10 aspirantes logra ingresara esta o alguna de las otras
universidades acreditadas para enseñar la carrera. Al igual que todos los demás
finlandeses, estudian gratuitamente y además reciben una beca del Estado de
alrededor de 450 dólares por mes para ayudar a pagar sus gastos de hospedaje y
alimentación.
¿Pe cuántos países pueden
permitirse semejante lujo?, pregunté. Halonen respondió que muchos presidentes
latinoamericanos vienen a Finlandia interesados por éxitos educativos – el
presidente Lula de Brasil y la presidenta Bachelet de Chile estaban entre los
más recientes- y hacen esa misma pregunta. La respuesta es que “para tener una
buena educación debes tener un buen gobierno, que no sea corrupto, y que destine los impuestos que se recaudan a
la educación. Si no tienes un sistema impositivo adecuado o no tienes un
gobierno honesto es imposible pagarle bien a los maestros y tener un buen
régimen educativo”.
SI, TENEMOS ASUNTOS POR APRENDER
SINGAPUR. La educación es la obsesión nacional en Singapur y le
ha permitido pasar a este país del tercer mundo al primero en apenas cuatro
décadas.
Singapur tiene 4.6 millones de
habitantes. Su producto bruto al momento de independizarse (1965) era menos de
la mitad del de Argentina y similar al de México y Jamaica.
Hoy en día y gracias a la apuesta
que hizo por mejorar el nivel de su sistema educativo Singapur tiene un ingreso
per cápita de 52 000 dólares por año, el noveno más alto del mundo, por encima
del de 47 000 dólares por año de Estados Unidos. Comparativamente Estados
Unidos ocupa el 10° lugar mundial en ingreso per cápita, Argentina tiene el
puesto 81, México 82 y Jamaica el 123. El desempleo en Singapur es del 2%, uno
de los más bajos del mundo.
En lo que hace al sistema
educativo, el ascenso de Singapur ha sido meteórico. Hace cuatro décadas
Singapur tenía un alto nivel de analfabetismo y una gran parte de sus
estudiantes no terminaba la secundaria. Hoy día, prácticamente todos los
jóvenes entran en algún tipo de institución de educación superior, técnica o
vocacional y Singapur ocupa el primer puesto en ciencias en los exámenes
internacionales TIMSS destinados a evaluar la capacidad de los estudiantes de
4° y 8° grado en ciencias y matemáticas. Comparativamente, Estados Unidos, sale
en 8° lugar. La mayoría de los países latinoamericanos, no se animan a
participar en este test, salen tan mal en otros exámenes internacionales más
genéricos, que incluyen comprensión de lectura, que no prefieren ni siquiera
participar en test de matemáticas y ciencias. Colombia y el Salvador, los
únicos países de la región que –para su crédito- participan en el TIMSS, salen
ubicados cerca de los últimos lugares de la lista de países que toman parte en
la prueba.
En la educación superior, la
brecha que separa a Singapur de Latinoamérica y tanto o más impresionante aún.
La Universidad Nacional de Singapur, ocupa el lugar número 30 entre las mejores
universidades del mundo del Suplemente de Educación Superior del Times de
Londres. Comparativamente la mejor universidad de América Latina en ese
ranking, la Universidad Nacional Autónoma de México, está en el lugar 150. En
otras palabras, Singapur, con 4.6 millones de habitantes, tiene una universidad
mejor evaluada a nivel internacional que México, un país de 120 millones de
habitantes o que toda América Latine, un continente de 600 millones de
personas.
Y curiosamente los buenos
resultados que obtiene Singapur en materia educativa no son producto de un
gasto desmesurado, paradójicamente, Singapur invierte menos en educación como
porcentaje de su tamaño de su economía que la mayoría de los países del mundo.
Mientras que la mayoría de los países latinoamericanos invierten alrededor del
5% de su PIB en educación. Singapur gasta alrededor del 3%.
“Para nosotros la educación es
una cuestión de súpervivencia”, me dijo encogiéndose de hombros, Tan Chorh
Chuan, el Rector de Universidad Nacional de Singapur, la más grande del país.
“Singapur no tiene recursos naturales, de manera que no podemos sobrevivir si
no explotamos nuestro potencial humano”.