Domingo, 15 de Mayo de 2016
Por Cuauhtémoc Anda Gutiérrez
Con mucho cariño para la distinguida
Maestra Politécnica la Dra. Esperanza Lozoya Meza,
Cuando el hombre
aparece en la tierra vive varios centenares de miles de años en pequeños grupos
nómadas, en busca siempre del alimento. Pero hace unos 10 mil años (sospecho
que las mujeres) descubren la agricultura y con ello transforman la vida de los
seres humanos. En efecto, se empiezan a asentar en las orillas de los ríos y de
los lagos, con lo que logran tierras fertilizadas para sembrar alimentos y agua
para beber, así se empiezan a formar los pueblos de la antigüedad.
La ventaja de tener
relativamente seguros los alimentos, permitió desarrollar una vida en sociedad
la que para comunicarse desarrolla el lenguaje y pronto se percatan que existe
un deseo ontológico de trasmitir los conocimientos que van adquiriendo a las
nuevas generaciones, de esta manera va surgiendo un pequeño sector de la
sociedad encargado de transmitir los avances de la civilización a los niños en
los diversos puntos habitados por el hombre en el planeta. Sí, así surge el
maestro.
La noble profesión del
maestro, del educador es ampliamente reconocida por los ciudadanos en todo el
mundo. En nuestro país desde 1918 los celebramos el 15 de mayo. El sentimiento
de agradecimiento a los maestros es tan amplio que desde el 5 de octubre del 2015
la Reunión Internacional de la Educación y la Confederación Mundial de la
Enseñanza representando ambos a 161 países establecieron esa fecha como el día
mundial del docente con el objetivo de reconocerlos y apoyar el acceso a una
educación de calidad, en la inteligencia de que la educación es ante todo una
responsabilidad pública, por tanto se deben asegurar los recursos públicos
suficientes para este fin.
Pero volvamos a México
¿por qué celebramos a los maestros el 15 de mayo? Porque en el Congreso
Constituyente en 1917 los Diputados Benito Ramírez y Enrique Viesca lo
propusieron, en octubre de 1917, como el 15 de mayo se conmemora la toma de
Querétaro y estaban en esa ciudad propusieron esa fecha, después el Senado de
la República aprobó la iniciativa y el 5 de diciembre el Presidente Carranza
firmó el decreto que empezó a operar el 15 de mayo de 1918.
Este día del maestro
como es costumbre se celebraron festejos, comidas y ceremonias en honor de los
maestros cuya reconocida labor les permite trascender en sus educandos por ello
en medio de las festividades se les entregan las preseas Rafael Ramírez por 30
años y la Ignacio Manuel Altamirano a quienes cumplen 40 años. Pero ¿quiénes
son estos maestros cuyos nombres llevan las preseas?:
El Maestro Rafael
Ramírez Castañeda, nació el 30 de diciembre de 1884 en una pequeña población
veracruzana, Las Vigas (hoy Maestro Rafael Ramírez) entre las ciudades de
Xalapa y Perote, su padre, un tejedor de lana en el rustico telar que tenía en
su modesta casa, pasaba apuros para sostener a sus ocho hijos. El Maestro
estudió los cuatro años de escuela que se ofrecían en el pueblo y a sugerencia
de un Maestro convencieron a su mamá para que le permitiera ir a estudiar a
Xalapa donde, con mucho sacrificio cinco años después concluyó la carrera de
Maestro, empezó a dar clases primero en Veracruz, luego en Durango y luego en
la Ciudad de México, donde le sorprendió el estallido de la Revolución
Mexicana.
Trabaja en una escuela
industrial, le piden reorganizar la Escuela Industrial de Huérfanos, con
voluntad y dedicación difunde este tipo de educación y escribe el libro “La
Educación Industrial”, al término de la Revolución en 1921, se crea la
Secretaria de Educación Pública (SEP) donde participa, al tiempo que ya es
Maestro en la Escuela Normal de Maestros. En 1923, se planea un nuevo sistema
para educar a los mexicanos del cual el Maestro forma parte en una primera
misión cultural cuyo propósito era fomentar la educación en las comunidades
rurales.
El México de esa época
contaba con 15 millones de habitantes de los que el 85% vivían dispersos en
comunidades rurales y solo el 15% en unas 50 ciudades o poblaciones grandes. El
analfabetismo, lo padecían más del 90% de la población, los abuelos bisabuelos
de los que lean estas notas, les confirmarán que no estudiaron porque en sus
pueblos o comunidades no había escuelas.
En esas circunstancias
en cuatro años el Maestro Rafael Ramírez con otros diseñaron un sistema escolar
conocido como la Escuela Rural Mexicana, con el añadido de que no solamente se
trataba de que los niños aprendieran sobre temas escolares, sino que la escuela
funcionara como una casa del pueblo donde también los adultos hombres y mujeres
asistieran a ella con el fin de aprender cosas útiles para mejorar sus
condiciones de vida.
Visto a la distancia
se trata de un plan ambicioso en un país cuya economía estaba quebrantada por
los costos de la Revolución, cuya población estaba diezmada y en las zonas rurales
no sólo no había escuelas, tampoco había energía eléctrica, ni agua potable, ni
drenaje, ni carreteras, con una precaria organización política, con
caciquismos, con hacendados, con un pueblo victorioso de una Revolución que
empezaba a tratar de cosechar lo sembrado.
La Escuela Rural
Mexicana, tuvo gran apoyo del gobierno mexicano y alcanzó su mayor auge en el
sexenio de Lázaro Cárdenas. El Maestro Rafael Ramírez Castañeda fue el gran
impulsor y organizador, guía y promotor de esta escuela, escribió 20 libros
sobre el tema que incluso se divulgaron en otros países.
Al Maestro Rafael
Ramírez merecidamente se le han rendido honores, en Veracruz el pueblo de las
Vigas y el municipio llevan su nombre, el auditorio de la Escuela Normal de
Maestro se llama Rafael Ramírez y hay decenas de escuelas a lo largo y ancho
del país que se honran con llevar su nombre.
En lo particular, tuve
la fortuna de conocer y conversar con el Maestro Rafael Ramírez, un apasionado
de la educación. El destino me permitió ser compañero en segundo año de
Vocacional en el Politécnico de su nieto Rafael Ramírez Heredia y de Roberto
“Atila” López, también hijo de maestro, desde entonces nos hicimos buenos
amigos, con curiosidad observaba que el Maestro Juan Anda, mi padre, fue
también un gran Maestro, que para esas fechas ya había muerto y a quien mies
hermanos y yo recordamos con emoción.
Mi amigo Rafael
cumplía años el 9 de enero así, ese día en 1958
fuimos a celebrarlo a la casa de su ilustre abuelo donde se organizó una
comida en la que cantamos, bailamos y conversamos ampliamente con el gran Maestro.
Su casa en Coyoacán lucia una gran biblioteca y en ella de manera amble y
generosa nos contó hazañas y vicisitudes que vivió durante la gesta de la
Escuela Rural Mexicana. Por todo ello, es perfectamente justo que la presea por
30 a los docentes mexicanos lleve su nombre.
Entre los muchos
héroes anónimos que han ido formando nuestro país, nuestros valores, nuestra
mexicanidad, destacan los Maestros que nos formaron, todos merecen nuestro
reconocimiento y es importante sobre todo cada 15 de mayo, fecha que los mexicanos
celebramos desde 1918, los recordemos porque debemos ser agradecidos con ellos.
Don Rafael murió el 29
de mayo de 1959. El auditorio de la Escuela Normal de Maestros lleva su nombre
y también muchas escuelas y calles a lo largo y ancho del país. Además desde
1996 el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), otorga la
medalla Escuela Rural Mexicana Rafael Ramírez Castañeda.
Sí, lamentablemente
los maestros son mal pagados pero son incapaces de dejar abandonados sus grupos
para ir a escandalizar a la capital año tras año durante
el mes de mayo como hacen algunos
(Oaxaca), utilizando a menudo
procedimiento violentos, aprovechando que en el DF se vive un estado de derecho
laxo y donde campea la impunidad.
La vida de Don Ignacio
Manuel Altamirano (1834-1893) es verdaderamente sorprendente. Nace en el mismo
pueblo que Vicente Guerrero en Tixtla, sus padres eran indígenas puros, al
grado de que cumple 14 años sin hablar castellano, pero aprovechando una beca,
se va a Toluca y 13 años después era Diputado Federal. No sólo aprendió
castellano sino que también francés, precisamente dando clases de este idioma
apoyo sus estudios cuando estudiante de derecho en el Colegio de San Juan de
Letran.
De 1863 a 1867, con el
grado de Coronel participó en varias acciones militares contra la intervención
francesa incluidas las batallas de Tierra Blanca, Cuernavaca y Querétaro.
Vuelta la República a
la paz se dedica a la enseñanza, a la literatura y también actúa como
magistrado y presidente de la Suprema Corte de Justicia.
Sirva esta fecha para
recordar con afecto y admiración a algunos de mis maestros con cariño a Carmen
de la Fuente, Salomón Olguín a la maestra María Luisa de Biología de la
Prevocacional 5, a Leocadio Guerrero de la Vocacional de Ciencias Sociales a
Roberto Macias, Octavio Gómez Haro, Ignacio Hinojosa, y Constanzo Rodríguez, de
la Escuela Superior de Comercio y Administración a Gaudencio Peraza, Cesar
Santome, Hugo Vargas Peral, Alicia Castañeda, Edelmiro Castañeda, y a
Constantino Belmar de la Escuela Superior de Economía del IPN, de la
Universidad de Texas a Gunnar Myrdal
(Premio Nóbel de Economía) a Alba Myrdal (Premio Nóbel de la Paz) a
Thomason Januzi, a Michael Conroy, a Paul Rosenstein Rodan y a William P. Glade
Permítame recordar del
Siglo XIX, el año de 1867, ese año el Congreso expide la Ley Juárez, la Ley de
Educación que dice que esta debe de ser obligatoria, laica y gratuita.
La Naciones Unidas
creadas al término de la Segunda Guerra Mundial encargaron a la UNESCO (su
órgano dedicado a educación) que hiciera recomendaciones a sus países miembros
así, a principios de los años 50 recomendaron el famoso 8%, medio siglo después
los mexicanos no hemos cumplido cabalmente esta recomendación. Y de acuerdo a los datos de la SEP andamos en
4.5% en educación pública, si se sumará la educación privada llegaríamos
alrededor del 6% del PIB.
Otro elemento
importante que se debe atender es la calidad de la educación, quienes amamos
este sector y a nuestro país llevamos una espina clavada por haber quedado en
el 31 lugar de 32 países evaluados por la OCDE.
Si, como recientemente se ha discutido es sustantivo crear un Instituto Nacional
de Evaluación Educativa, qué bueno que ya se logró esto y sólo los vividores
que cobran como maestros sin serlo y ahora para celebrar este 15 de mayo se
oponen públicamente a que les hagan exámenes y convocan a una huelga que ya se dejó
que a las 3 faltas a clases causen baja.
Finalmente, creo que
dentro de cien años los ministros de Educación de los diferentes países estarán
hablando de mejorar la calidad de la educación porque ese es un programa
inacabable. Por lo pronto nosotros necesitamos mejor calidad, acabar con el
vergonzoso 8% de analfabetismo y desde luego pagar mejor, mucho mejor a todos
los maestros desde preprimaria hasta posgrado.
EL
REZAGO EDUCATIVO SEGÚN CENSO 2010
Me detengo en este
particular renglón porque desde que era joven, los censos hablaban de 6 millones
de analfabetas se ha pasado la vida y aunque proporcionalmente hemos mejorado,
de todas maneras 5.5 millones de mexicanos en el siglo XXI sin saber leer ni
escribir y sin que haya ningún plan o programa excepcional para sacarlos de una
vez.
También esperaríamos
las propuestas para abatir el rezago educativo. ¿Qué hacer? Con los que no han
terminado ni primaria ni secundaría, ¿Cómo ayudarlos? Recuerden que son
millones y además qué hacer con los jóvenes “ni, ni” que ni estudian ni
trabajan. No es posible que los dejemos a la buena del Señor. Tenemos que
reaccionar en lo que queda de este sexenio y en el siguiente, porque en este
terreno, hace falta, pero mucha falta VOLUNTAD POLÍTICA.
COROLARIO
A manera de corolario observemos que es claro que
desde hace siglos se reconoce a nivel mundial el valor de la educación,
destacando políticas públicas que han logrado sacar del subdesarrollo desde el
siglo XIX a países como Japón, en el siglo XX a países como Finlandia y en las
últimas cuatro décadas a países como Singapur. En este sentido, las políticas
públicas de México han sido insuficientes a la luz del penoso rezago educativo
en que aún vivimos que incluye los más de 5 millones de adultos analfabetas más
los 33.5 millones de mexicanos que no han terminado la primaria ni la
secundaría, o sea la oficialmente llamada educación básica a la que sumamos 15
millones más de adultos que no han concluido la preparatoria, nos deja en una
circunstancia aún peor.
Además, no obstante que estos datos se hicieron
públicos y que son derivados del censo del 2010, la Secretaria de Educación
Pública (no han explicado a la ciudadanía cómo afrontar tan triste rezago. Dan
la impresión como si este dato fuera una simple estadística QUE NO LES
COMPETE).
Por su parte los señores Gobernadores y aun cuando los
datos del rezago educativo el censo los ofrece estado por estado, los que están
peor como Oaxaca, Chiapas, Guerrero, etc., tampoco se han oído voces de alarma,
como si la ignorancia y su obvia compañera la pobreza fueran un castigo
permanente del cielo.
El tema de las marchas por la seguridad, por el “ya
basta”, por el “no queremos más muertos” que ha llenado las calles del país es
una justa demanda por la recuperación de una paz que hemos vivido y disfrutado
por décadas y que recientemente se ve amenazada. Sin ninguna exageración, el
rezago educativo es un problema peor porque en su seno se engendran los
desempleados, los jóvenes que ni estudian ni trabajan, los que desesperados
acuden a ilícitos y caen en garras de las drogas y la delincuencia.
Los números son públicos, condenarlos al horror ¿qué
será de su vida en pleno siglo XXI en esas condiciones de educación?, y no
hacer nada o simplemente conformarse con hacer más de lo mismo, que como hemos
visto en décadas disminuye levemente. Cuando era estudiante de economía en los
años 60’s, el censo mostraba 6 millones de adultos analfabetas, 50 años después
ha disminuido sólo 10%, esto se llama en castellano un verdadero fracaso.
Las pruebas internacionales, lamentablemente nos
muestran que en educación vamos mal. Los Politécnicos medio nos salvamos porque
en Educación Media Superior estamos a la vanguardia, pero es que sólo
concursamos con otros mexicanos.
Por lo que hace al día del maestro se les reconoce con
gusto, ellos son líderes en provincia y sobre todo en las comunidades pequeñas.
En general los maestros son educadores y es raro el que abandona un grupo.
Claro que hay excepciones, como los maestros de Oaxaca que desde hace 30 años
en el mes de mayo han dejado abandonados a los niños de primaria para venir a
la ciudad de México a organizar protestas, exhibiendo un lenguaje y unos
modales impropios de su investidura, semanas después regresan y prometen
falsamente que recuperaran el tiempo perdido. Lamentablemente ese tiempo no
puede recuperarse, ya se fue, ya se perdió.
Vale decir que la presea más alta a la que puede
aspirar un ciudadano mexicano es a la presea Belisario Domínguez que desde
mediados del siglo pasado otorga el Senado de la República cada año, es
agradable ver en el muro que tiene el Senado donde permanecen los nombres de
tan distinguidos connacionales, que la mayoría de ellos han sido maestros,
también es un estímulo y un justo reconocimiento social la entrega de las
preseas Rafael Ramírez Castañeda a los 30 años y la Ignacio Manuel Altamirano a
los 40 años de servicio, por todo ello, para este 15 de mayo recordamos y
deseamos a nuestros maestros…
¡MUCHAS FELICIDADES!