sábado, 20 de febrero de 2016

SE FUE EL PAPA

Viernes, 19 de febrero de 2016


Por Cuauhtémoc Anda Gutiérrez

Después de una inolvidable visita del Papa que dejó en general contentos a la abrumadora mayoría de los mexicanos, con un merecido reconocimiento del Presidente, a los miembros del Estado Mayor por el trabajo de seguridad que dejo “saldo blanco”, quedan las reflexiones, las enseñanzas las indicaciones y el comportamiento de un líder espiritual que probó ser sólido, humilde, afectuoso y que se comportó durante su estadía dentro de los marcos de la bondad.

Sin dejar de hacer señalamientos duros y diversos a lo largo de sus intervenciones, empezando por la recepción en el Palacio Nacional; el mensaje a los obispos, que parece ser incomodó a algunos; la visita a la Basílica donde pasó largos minutos en el camarín de la virgen de Guadalupe; luego el domingo el mensaje en Ecatepec y los niños enfermos del hospital Federico Gómez; el lunes la impactante misa con los pueblos indígenas en San Cristóbal de las Casas; después el encuentro con las familias en Tuxtla.

El martes, la impresionante y festiva visita a Morelia, que empezó con una reunión con sacerdotes, seminaristas, monjas y por la tarde con jóvenes incluido el incidente de uno de ellos que por poco lo hace caer encima de los niños enfermos. Ahí, el Papa llamó a religiosos a no resignarse ante la violencia y a los jóvenes aconsejó, no sean sicarios. Francisco pidió a la juventud mexicana atreverse a soñar y nunca permanecer caídos. “Ustedes son la riqueza, hay que transformarla en esperanza”, más adelante dijo “el Señor Jesús, él que nos da la esperanza nunca nos invitaría a ser sicarios”.

Después al final de su viaje con los presos de Ciudad Juárez; la misa binacional de las víctimas en el borde del río; la frontera y la oración por los migrantes muertos en ésta parte del río.

De este viaje cada uno de nosotros tendrá diferentes percepciones, a mí en lo particular me agradó todo lo que alcancé a ver (que no fue el 100%), pero sin duda hay muchas cosas que me impresionaron.

Desde luego la alegría y emoción desbordada que se veía en cada uno de los rostros de quienes asistieron a los eventos, de los que pudieron abrazar al Papa, de quienes le cantaron y bailaron, las sonrisas de los niños, si de los sanos, pero también de los enfermos, destacando el Ave María que cantó la niña Alexia. Escenas que de manera natural se observaron y que la magia de la televisión llevó puntualmente a los hogares.

En su cuarto día de actividades como parte de su gira pastoral, el pontífice se reunió con representantes de comunidades indígenas y ofició una misa en San Cristóbal de las Casas.

Ante miles de indígenas, varios de ellos ataviados con sus coloridos trajes, el Papa Francisco inició la misa multitudinaria oficiada en parte en tres de sus lenguas (tzeltal, tzotzil, chol) indígenas de Oaxaca, Chiapas y de otras entidades del país, además de países de Centro América se trasladaron a la zona para acompañar al pontífice.

José Transito Aguilar, un indígena tojolabal dijo que “el Papa busca la unidad, no hace diferencias entre las personas”, mencionó que viajó seis horas desde su comunidad de Lagos de Monte Bello. Añadió “él trae mucha paz, pero depende de los gobiernos que cambie esto”. Las porras decían “¡Francisco, amigo, San Cristóbal está contigo!” y también “¡Francisco, hermano Chiapas te da la mano!”

En el Centro deportivo se instaló un altar con una réplica de la Catedral de San Cristóbal de las Casas, de color amarillo, con dos franjas de telares rojos y blancos.

De pronto, el lugar se vuelve un mar de colores, con los trajes indígenas tradicionales de los asistentes, mujeres tzotziles vestían faldas largas azules, rebosos multicolores, pero en los que predominaba también el azul. Los hombres también portaban trajes regionales, como quienes vienen de la comunidad Zinacantan que llevan chalecos bordados y en los que resaltan el azul, verde y morado, también llevaban sombreros de paja con bordados y listones colgantes.


Tras presidir una misa con los indígenas en San Cristóbal de las Casas el pontífice almorzó con algunos representantes de esos grupos y visitó la Catedral de ese municipio.

El Vaticano dijo que el Papa Francisco presentará una bula en la que autoriza en las misas el uso de lenguas indígenas.

El miércoles en Ciudad Juárez, donde visitó el penal, me impresionó el discurso que, a nombre de los reos dijo Évila Quintana, joven mujer quien se dirigió con firmeza y sin que se le quebrara la voz, dijo que muchos han perdido la esperanza en la rehabilitación de los presos y recordó: “aquí hay seres humanos”, más adelante dijo: “La mayoría tenemos la esperanza de la redención y, en algunos casos, la voluntad de conseguirla”, afirmó en un discurso cargado de emoción.

Reconoció que la cárcel pone a prueba el espíritu y la fortaleza de la fe, porque entrar a prisión implica el aislamiento de las personas que más se ama y la distancia les hace adaptarse poco a poco al desprendimiento.

Confesó que cuando los internos reciben un veredicto, lo primero que hacen es llorar y manifiestan sentimientos de angustia y desesperanza para luego hacerse preguntas para las cuales no quieren escuchar respuestas. Entonces se sienten expuestos, vulnerables y solos.

Terminó diciendo “su visita quedará grabada en nuestros corazones. Su amable presencia de peregrino nos llena de ilusión y de alegría, pues la visita que recibe un interno se convierte en un alimento que nos nutre de fe y esperanza, de pronto volver a casa y reencontrarnos con los nuestros”.

La mujer hizo alusión a su hija y confesó que un “te amo, mamá, me anima a seguir viviendo con esperanza en los días en la cárcel”. Añadió que en tiempos aciagos para ella ha encontrado respuesta divina, pues preguntó “¿Señor, solamente dejame ver que tus planes son mejores que los míos y fue cuando encontré la respuesta de por qué estoy aquí?”.


A la ceremonia de despedida en el aeropuerto de Ciudad Juárez, acudió el Presidente de la República, su esposa, varios Secretarios de Estado y autoridades locales y eclesiásticas, donde las sentidas “Golondrinas” sonaron con singular emoción, la gente veía con gusto y nostalgia la partida, literalmente “de un ser querido”, para que horas después al anunciarse su feliz arribo al aeropuerto de Roma, los mexicanos encargados de la seguridad descansaran de una gran responsabilidad ante esta “Misión Cumplida”.