Jueves, 14 de Julio de 2016
POR CUAUHTÉMOC ANDA GUTIÉRREZ
En un evento
organizado por el Instituto Nacional de Administración Pública (INAP) este 13
de julio con la sala principal a reventar y en medio de ovaciones se le entregó
al prestigiado mexicano Ignacio Pichardo Pagaza el Doctorado Honoris Causa, el
que recibió emocionado y en medio de aplausos que puestos de pie todos le
prodigamos.
Me dio mucho
gusto ver que a la ceremonia asistió el Mtro. Mauricio Valdés, Presidente del
Consejo Directivo del Instituto de Administración Pública del Estado de México
(IAPEM) en representación del Gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila y
además amigo de toda la vida del popular “Nacho”. Ahí también saludé a José
Merino Mañón, a María de los Ángeles Moreno, Alejandro Carrillo Castro, entre
muchos otros amigos.
Durante la
ceremonia, la Mtra. Mari Carmen Pardo y el Dr. José Chanes Nieto, hablaron
tanto del trabajo académico como de la destacada trayectoria que Pichardo
Pagaza ha tenido tanto políticos como académicos destacando las dos veces que
fue diputado federal y desde luego Gobernador del Estado de México. En lo
académico llama lo atención su destacada labor en la Universidad Autónoma del
Estado de México y también en el INAP donde fue consejero, Presidente y un
personaje que ha traído, conferencistas de diversas partes del mundo que han
colmado de éxitos el sitio precisamente donde estábamos, el IAPEM.
En esta misma
línea “Nacho” también destacó en el Instituto Internacional de Ciencias
Administrativas (IICA) viviendo una temporada en Europa cumpliendo esta
responsabilidad.
Mención por
separado merece el magnífico discurso que nos dijo, el que trasluce la
sencillez incluso la humildad del homenajeado, quien como él mismo dijo con
emoción, agradeció la distinción, el apoyo de su familia y el afecto de sus
amigos.
En este
discurso empezó por agradecer “al H.
Consejo de Administración del INAP y muy particularmente a su presidente, el estimado
maestro Carlos Reta Martínez, la singular distinción de que me hacen objeto
este día. Valoro la presencia de mi familia, mis hijos, nietos, hermanos que me
acompañan. En particular de mi esposa Julieta a quien le ha tocado acudir a variados
eventos en el INAP y a los del Instituto Internacional de Ciencias
Administrativas”.
Después mencionó
algunos “personajes estrechamente ligados
al Instituto, son una memoria imborrable. Avanzaron ya en el decurso del rio de
la vida, como dijera el poeta Manrique: así el caso de Miguel Duhalt Kraus, Gustavo
Martínez Cabañas, Jesús Rodríguez y Rodríguez, Pedro Zorrilla Martínez, Andrés
Caso Lombardo, Fernando Solana, Elenita Jannetti, por mencionar solo algunos”.
Agradeció a los
dos oradores designados, diciendo “me
halagaron las palabras del Dr. Chanes Nieto y de la Dra. Mari Carmen Pardo. Tareas
conjuntas en el seno del INAP y del IICA, consolidaron nuestra amistad que
ahora se ve envuelta, además, en mutuos afectos. Así explico sus elogiosas
referencias. Gracias Mari Carmen, gracias Pepe”.
Rememoró… “Han transcurrido 53 años del día en que una
tarde de otoño de 1963 abordé el ascensor de la reluciente Torre
Latinoamericana para llegar, emocionado, a la sede del Instituto de
Administración Pública de México. Había leído la impresionante nómina de sus
fundadores […] Por primera vez trabajé y conocí a otros conferenciantes que
desde entonces han sido amigos a los que admiro. Jorge Tamayo, Adolfo Lugo,
Luis García Cárdenas, el Dr. Carril, (auto nombrado experto de la ONU) el
propio D. Gustavo; personajes como Doña Ifigenia Martínez, David Ibarra, José
Merino Mañón. (Alejandro Carrillo seguía en Buenos Aires en la maestría)”. Acerca
de su trabajo internacional mencionó “No
olvidaré el momento en el que un pequeño grupo de asociados encabezados por el presidente,
el Dr. Natividad González Parás, esgrimiendo de modo brillante los argumentos
legales de los propios juristas franceses, consiguió que se respetara la voluntad
de la mayoría del Consejo del IICA y obtuviera para México, la presidencia de
esa ilustre y casi centenaria Institución, por segunda ocasión. Querido Nati,
nunca te daré las gracias suficientemente”.
Sobre los
avances dijo “Estoy convencido que los estudios,
las investigaciones y publicaciones académicas mexicanas sobre la teoría y práctica
de la Administración constituyen un acervo intelectual riquísimo, inexistente e
inimaginable hace medio siglo. No obstante, observo con pesadumbre que la
influencia real de tales estudios sobre las políticas públicas y el buen
gobierno es limitada”.
Mostró preocupación
y consejo cuando dijo “Siento apremio
para que las administraciones aprovechen a cabalidad los mejores diagnósticos y
datos robustos disponibles en las torres académicas. Creo que a las
administraciones públicas toca dar un paso firme para cerrar grietas,
encargando a la academia los estudios técnicos sobre política pública, buen
gobierno y su seguimiento. Parejamente expreso la exigencia de que los
académicos pierdan algo del pudor que los aleja de los procesos cotidianos de
la política. No debería serles tan difícil puesto que la academia ya domina los
arduos trabajos de campo que requiere su investigación.
“Por otra parte, hay una observación clave de varios
estudiosos recogida por la doctora Pardo en su espléndido libro sobre la
evolución de la administración pública de México. Dice la autora que las
numerosas reformas legales en el tema electoral y su puesta en ejecución no han
tenido en muchos casos su natural correspondencia con las transformaciones que
requieren los aparatos administrativos.
“Los ciudadanos y los políticos especialmente nos hemos
olvidado de la administración pública. Estamos atentos a la competencia
electoral entre partidos y candidatos, como si la política se redujera solo a
ese lado del prisma”.
Observa con
tino que “el deber primordial de los funcionarios
de elección no es mantenerse en el poder ni sobrevivir para la siguiente
elección. Es el bienestar del ciudadano
y eso incluye la calidad y la oportunidad de los servicios públicos que los
distintos órdenes de gobierno proveen (INEGI)”.
Se pregunta “¿Acaso no ha habido avances en nuestras
administraciones durante cincuenta años? ¡Desde luego! Muchos e
importantes. ¿Quién no recuerda los
presidentes que encabezaron reformas de gran aliento? ¿Aquel hombre incansable
que recuperó el dominio pleno a favor de la nación de sus recursos naturales y
terminó con la arrogancia autoritaria de una presidencia sin contrapeso? ¿O al
presidente que buscó dotar de eficiencia a la compleja red de organismos y
empresas estatales, creando las secretarías globalizadoras y las cabezas de
sector, cuyo cuidadoso operador fue nuestro amigo Alejandro Carrillo? y ¿El mandatario
que advirtió sobre el valor irrenunciable de la ética pública y propuso la
renovación moral de la sociedad; que fracasó por falta de continuada voluntad
política; que dotó de competencias constitucionales puntuales al municipio,
urgidas hoy de una revisión a fondo puesto que casi 100 de los 120 millones de
mexicanos vivimos en municipios urbanos”.
Del gobierno del presidente Peña Nieto diré convencido
que al consolidarse la reforma educativa, será una aportación mayúscula para la
sociedad y el pueblo de México”.
Siempre enterado
y al día dijo “Son absolutamente
inaceptables las estrategias de los maestros disidentes: están al margen de la
ley y dañar gravemente a terceros. Es preocupante el giro que han tomado los
acontecimientos. Se requiere pasar del diálogo a la negociación. El SNTE ha
hecho un planteamiento inteligente. Tal vez el gobierno federal, y el Congreso,
sin perder la esencia de la reforma, aceptarían introducir un factor temporal
de regionalización y gradualidad en la ley, que reconozca las condiciones particulares
de ciertas regiones del país, por la vulnerabilidad en la que se encuentran sus
pobladores.
“Nos alientan los avances puntuales de las
administraciones públicas del país. Tienen y tendrán impacto en el bienestar
ciudadano. Ejemplos: La incorporación de las mujeres al mercado de trabajo; El
apoyo a los derechos humanos; La transparencia y el acceso a la información; La
rendición de cuentas; El acento sobre los resultados de las acciones públicas; El
aumento y diversificación de las organizaciones de la sociedad civil; El
reconocimiento jurídico a la diversidad en materia de género y El creciente
cuidado al Medio Ambiente y el Cambio Climático”.
Nos dijo ¿cómo nos
ve? “Es innegable que existe un estado de
frustración en la población; que se nos han juntado problemas internos y
externos. Hay en el ánimo de los mexicanos lo que el presidente Peña llamó con diplomacia
“mal humor” en la sociedad. Pero afirmar que estamos al borde del caos o el
abismo es una necedad”.
También nos
hizo ver ¿qué hemos hecho como país?... “Sobrevivimos
al choque de la conquista; a tres siglos de expoliación durante la colonia; al
desorden de los primeros cincuenta años de independencia; al efímero imperio
invasor; al sacudimiento telúrico de la Revolución Mexicana; a la explosión
demográfica que en los últimos 70 años multiplicó seis veces la población; el
pueblo sigue esperando con paciencia cuando va a acabar la horrenda desigualdad
económica y social… (Origen de muchos, si no es que de todos nuestros males). Estamos
obligados a seguir adelante y a construir un futuro mejor. Nadie lo dude. Lo
conseguiremos. Seguro estoy que el INAP seguirá siendo un actor relevante en la
transformación del gobierno de México”.
Finalmente, se
despidió diciendo “En estas líneas
finales me viene a la mente el memorable boxeador mexicano de mis lejanos años
juveniles: El Ratón Macías. Al recibir el ultimo cinturón mundial, célebremente
dijo: ‘Todo se lo debo a mi manager’.”
Y estalló la ovación
todos puestos de píe, luego hubo un vino de honor y una larga cola para felicitarlo,
mi esposa Esperanza y yo felicitamos también a Julieta, su distinguida esposa.