Martes, 12 de Julio de 2016
POR CUAUHTÉMOC ANDA GUTIÉRREZ
Es con profunda pena que
ayer lunes 11 de julio recibí la mala noticia por parte de su esposa Virginia Piquard
de la muerte de mi primo hermano Antonio mejor conocido como “Quico”.
Desde que éramos niños nos frecuentábamos
a menudo, gracias a las constantes visitas que mi papá, el profesor Juan Anda y
su hermana María se hacían. Él era 10 años mayor que yo, ahora tengo 77 años y él
muere a los 87 años.
Él tendría unos 16 años cuando
lo ví trabajando en la peluquería donde también trabajaba su papá, donde era el
“chícharo”, daba grasa y según me dijo sacaba unos pesos que le servían para no
darle lata a sus papás e ir a la escuela.
En la vivienda en que
habitaban destacaba un restirador donde se la pasaba dibujando, dibujando y
dibujando, un día le pregunté - ¿qué dibujas?, y me dijo - es que quiero ser
arquitecto y tengo que hacer estos trabajos. Así fue pasando la vida en la que él
me dio lecciones inolvidables. Años después cuando yo estudiaba en el hospicio,
Quico me dijo: -cuando termines la primaria vente a estudiar al Politécnico,
aquí hay muchas carreras, alguna te ha de gustar y así lo hice, en 1950 cuando terminé
la primaria entré al Politécnico, institución que marcó la vida de ambos para
bien.
Por aquella época mi primo
Quico jugaba fútbol americano y un día me invitó a un partido que se jugó en el
antiguo Parque Asturias, me encantó el deporte y gracias a esa experiencia cuando
crecí también lo jugué, participando en nueve temporadas entre juvenil,
intermedia y liga mayor ¡qué años tan
preciosos de juventud! y que algunos de ellos los compartí junto a mi primo
“Quico”.
Gracias a él también aprendí
a tocar la guitarra y a cantar, pues él tocaba la guitarra y cantaba con sus
amigos para llevar serenatas, a las que me hizo favor de invitarme a tres o
cuatro y me pareció muy emocionante, así a los 16 años empecé a practicar la
guitarra y a cantar con mis amigos, Francisco Pardavé (V) y Benito Gil.
Otro aspecto que traté de
seguir fue que él tuvo que responsabilizarse de sus hermanos pues al fallecer
su hermano mayor Manuel (V) él tomó ese
papel, condición que también me tocó, me preocupó y ocupó.
Su obra como constructor es
notable, en lo particular a mí me impresionó la Torre de Pemex que hizo en
Veracruz, así como el edificio que está en contra esquina al Ángel de la
Independencia donde construyó oficinas para Ford
Motor Company, donde trabajó por algunos años, también construyó centenares
de casas en el Estado de México, de esas que se construyen en serie. Asimismo
construyó mi casa donde vivo actualmente, que si bien la diseñó el Arq. Flores
Peña, le pedí a Quico que la construyera en 1982, lo que hizo con éxito y la
casa sin mayores problemas sigue ahí mismo.
Estoy seguro que a sus
hermanos (María de la Luz, Miguel (V), Gloria,
Amparito, Irma Estela “la chata” y Tanía (V) y a mí nos dejó muy buenos ejemplos y en lo
particular le estoy muy agradecido.
El martes 12 de julio,
acompañamos a la familia al Panteón Francés a dejar los restos del Arquitecto
Antonio Molina de Anda, donde le dimos el pésame a su siempre atenta y amable viuda
Virginia Piquard, a sus hijos y hermanas.
Es el año 2020 y con este artículo me entero casi cuatro años después del fallecimiento de Toño un gran amigo y mentor, lo conocí por el año 83 en una empresa textil por el área de Xochimilco, ambos trabajábamos ahí, hicimos una bonita amistad, desgraciadamente despues de algunos años le perdí la pista pero siempre ha estado presente y hoy me entero de su fallecimiento, Querido Toño en algún momento nos volveremos a encontrar para echarnos u curado de apio, como siempre decías. Descansa en paz.
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