Miércoles,
11 de mayo de 2016
Por Cuauhtémoc Anda Gutiérrez
Este 10 de mayo como desde 1922 los mexicanos
celebramos con gusto y cariño el día de las madres. En lo particular recuerdo
el 10 de mayo de 1955, contaba con 16 años y me había inscrito en el Sindicato
de Meseros de la CROM, ubicado en Cuba 60 y donde participé durante cuatro años
y medio cuando estudiante de vocacional y luego los primeros años en las ESCA.
Debuté en el evento que organizaba cada año en aquella
época Carlos Amador para las cabecitas blancas en el Auditorio Nacional, acudí puntual a la cita y el capitán de
meseros me vio muy joven y me preguntó qué experiencia tenía y le dije, como
mesero ninguna, me dijo, sabes qué vas a hacer, vas a vender muéganos, tu los
vendes a un peso y nosotros te los cobramos a 80 centavos, la diferencia
equivale a tu sueldo. Me quedé muy contento vendiendo muéganos y viendo el
espectáculo y aunque estaba muy cansado, porque había dormido solo dos horas,
aguanté bien y al terminar el evento regresé contento a la casa con 23 pesos
ganados que de inmediato le di a mí mamá.
Resulta que ya tocaba la guitarra y con mis amigos de
toda la vida, Benito Gil y Francisco Pardavé formamos el trío “Benito, Pancho y Cuauhtémoc”, con unos
cuarenta amigos más llevamos mañanitas a nuestras respectivas mamás a partir de
las 12 de la noche y hasta las cinco de la mañana, también le cantamos a la
quinceañera, Alicia Mondragón quien cumplía 15 años y de quien éramos
chambelanes, todas esas horas cantamos en las colonias Villas de Cortes y
Nativitas, lo recuerdo ahora con nostalgia porque en los años que llevamos
mañanitas o serenatas a nuestras novias nunca tuvimos el menor problema,
caminábamos por las calles de la colonia con absoluta seguridad, los tres
éramos muy deportistas, no tomábamos, cantábamos y nos íbamos a dormir.
La Ciudad de México era tranquila, sosegada,
ensayábamos en un parque y de ahí arrancábamos al largo itinerario del 10 de
mayo o a la casa de las novias en sus cumpleaños.
Ha pasado más de medio siglo y lamentablemente
perdimos la seguridad al grado que se ha
ido perdiendo la romántica costumbre de las serenatas, una amiga se quejaba, ya nadie lleva gallo, aunque con las
jóvenes que he platicado de este asunto, ante la pregunta de que si ¿les
hubiera gustado que les llevaran serenata?, todas dicen que sí.
Una tarea muy grata me resultó cantarle a mí mamá
todos los 10 de mayo las mañanitas mientras vivió y cuando he estado en el
extranjero, le llamé y se las canté por teléfono. El amor por la madre es
absolutamente natural y homenajearlas está en la esencia del ser humano en todo
el mundo y desde tiempo inmemorial
En Sumeria, nueve mil años antes de Cristo se rendía
culto a la diosa Inana (a la que los babilonios llamaron Ishtar); en Egipto, a
la diosa Isis, esposa de Osiris y madre de Horus. El culto a la diosa llegó al
Egeo, donde se llamó inicialmente Afrodita y con el tiempo empezaron
festividades en honor a Rhea, madre de Zeús, Poseidón y Hades.
Los Romanos festejaban a la diosa Cibeles a mediados
de marzo. Cuando el Imperio Romano se convirtió al catolicismo, esta fecha pasó
al calendario litúrgico como el cuarto domingo de cuaresma para honrar a la
Virgen María y la Santa Madre Iglesia.
Honrar a la madre fue también común en culturas
mesoamericanas. Los incas veneraban a Mamá Quilla (madre luna y esposa de
Inti), y Pacha Mamá, o madre tierra. Los aztecas también veneraban a la madre
de los dioses Tlazoltéotl Teteoinan.
En el cerro del Tepeyac, mismo lugar que hoy veneramos
a la Virgen de Guadalupe, Fray Bernardino de Sahagún narra que los aztecas
rendían culto a la diosa Cihuacóatl (o Tonantzin) que significa “nuestra
madre”. Es importante mencionar también el culto a Coatlicue, madre de
Huitzilopochtli, quien se embarazó al guardar en su seno unas plumas de colibrí
mientras barría.
Después durante el siglo XVII en Inglaterra empezaron
a festejar un día al que llamaban "Domingo de Servir a la Madre".
Para el festejo preparaban una tarta (pastel) y los pobres que trabajaban como
criados en las casas tenían permiso y el día pagado para ir a visitar a sus
madres, que generalmente vivían lejos.
Si bien el día de la madre se festeja en todo el
mundo, se celebra en fechas distintas, la mayoría en mayo. Algunos países, como
España, Hungría y Portugal festejan a las madres el primer domingo de mayo;
otros, como Estados Unidos, Canadá, Alemania, Brasil y Australia, lo hacen el
segundo domingo del mes. Algunos países prefieren una fecha fija. Tal es el
caso de México (10 de mayo) o Nicaragua (el día 30). Otros países como Costa
Rica es el 15 de agosto. En Egipto, Líbano, Palestina y Siria el día de las
madres coincide con el día de la primavera, el 21 de marzo. Argentina lo
festeja el tercer domingo de octubre, Panamá el 8 de diciembre (día de la
Inmaculada Concepción), en Grecia, el día de las madres corresponde a la fecha
del calendario (ortodoxo) de la presentación de Jesús en el templo.
Desde luego en México, el día de las madres surge de
la idea de un obrero que trabajaba en el periódico Excelsior y cuya idea
entusiasmó mucho al periodista Rafael Alducin, quién el 13 de abril de 1922,
lanzó una convocatoria para que el Día de la Madre se institucionalizara el 10
de mayo, tuvo tanto éxito que desde entonces ese día es sagrado y dedicado con
entusiasmo a nuestras madres.
¡¡¡Felicidades Mamás!!!
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