Martes, 25 de Octubre de 2016
POR CUAUHTÉMOC ANDA GUTIÉRREZ
Con motivo de la XLV Asamblea General
Ordinaria del Consejo Mexicano de Investigación Educativa (COMIE) en
el cual mi esposa, la Dra. Esperanza Lozoya Meza es participante muy activa nos
preparamos para asistir los días 26, 27 y 28 de octubre en el estupendo
balneario “La Trinidad” que hace años me tocó inaugurar.
La
visita a Tlaxcala me trae amables recuerdos, algunos de los cuales narré en mi
libro “Tlaxcala Hoy” que escribí en 1998 y que termino con una entrevista al
genial pintor Desiderio Hernández Xochitiotzin gran pintor de la historia de
Tlaxcala que plasmó en los murales del Palacio de Gobierno y de la que me
permito transcribir las últimas 4 páginas:
CA Le queremos preguntar de
su vida don Desiderio. Quiero comentarle que platiqué con el Secretario de
Turismo de Tlaxcala y encontré que hace 5 ó 6 años venían mil turistas
extranjeros al año y ahora están viniendo 20 mil. Encuentro un crecimiento
sustancial del turismo, le dije eso creo obedece a Cacaxtla, Xochitécatl y los
murales del maestro Desiderio.
Platíquenos un poco ¿cómo
se le ocurrió?
DHX En primer lugar no se me
ocurrió a mí y no fue la idea que ahora está. Allá por los años 50, regresó el
poeta Miguel N. Lira, que en paz descanse, de la ciudad de México, lógicamente no
me explicó por qué. Eso solamente lo hace un hombre muy inteligente o muy loco.
El maestro lo hizo y entre las primeras obras que hace fue ser catedrático y
creó la clase "Historia de Tlaxcala".
Insistió en crear aquí una
institución pro cultura el "Instituto de Estudios Superiores del Estado de
Tlaxcala", primera secundaria y prepa. En parte lo logró y en parte
fracasó porque Tlaxcala es muy política y la cultura está en segundo lugar.
El poeta creó una clase
libre de asistir o no que se llamó Historia de Tlaxcala, es el primer impacto
para dar a conocer lo tlaxcalteca. Fue con toda razón y con toda lógica para
combatir la leyenda negra de que los tlaxcaltecas fueron traidores a México.
En una oportunidad
homenajearon a Don Crisanto Cuéllar y al poeta en Puebla y yo vivía allá. Me
llevó Don Gregario de Gante y llevó a los dos poetas a que me conocieran.
Estaba yo trabajando en una Kermes, entonces yo ya conocía a Miguel N. Lira. De
don Crisanto, que después fue mi compadre, le dije, discúlpeme usted pero yo no
lo conozco.
Con ese motivo me invitó
el poeta a sus reuniones y, aproximadamente en 1951, estando en su casa en una
reunión me dijo ¿oiga don Desiderio, que tal si nos hace usted un mural que sea
una herencia para Tlaxcala? Yo le dije que sí pero de los labios para afuera.
Es que yo siempre he
tenido una idea de las proporciones de las cosas, pintar un mural no era cosa
de jugar.
Yo seguí asistiendo a sus reuniones
y más o menos dos meses después, el poeta Francisco Monterde, se soltó en
alabanzas por lo que iba yo a hacer y entonces fue cuando reaccioné y me di
cuenta de la trascendencia que podía tener esta obra.'
Así me invitaron a venirme
a morir de hambre a mi tierra.
Yo iba y venía a ver a
Lira, yo pertenecía al barrio del Artista.
Le platiqué a Lira y él me
alentó a regresar y fue cuando empecé a tomar en serio hacer el mural. Yo
pensaba irme a la ciudad de México, ya había hecho mis cuentas y como de 12
horas se le van a uno 14 en viajar.
Entonces el poeta Miguel
N. Lira me visitaba, no le hablaba yo de dinero pero se lo insinuaba. Entonces
vino otra casualidad, de Bellas Artes me seleccionaron como uno de los becados
para ir por parte de ellos 8 meses a Suecia y 4 meses más en París e Italia
donde viví con la venta de un cuadro que vendí.
Cuando recibí esta oferta
estuve inquieto, le platiqué al poeta y me dijo: "váyase Desiderio, cuando
usted regrese todo mundo va a pensar que regresa usted sabio". Y así sucedió.
El gobernador Felipe
Mazarrasa es el que me tuvo fe, después me dijo el poeta: maestro ahorita no
podemos trabajar, están de por medio las elecciones, es seguro que el próximo gobernador
sea nuestro amigo.
El 15 de enero de 1957
tornó posesión el gobernador Joaquín Cisneros Molina y empecé a pintar, es
decir a sufrir y a gozar, porque andaba tras el tema y el argumento. De hecho
no había editada una historia de Tlaxcala, así que ¿cómo profundizar en el tema?
Sólo contaba con una copia del libro que sobre la historia de Tlaxcala escribió
en el siglo XVI Diego Muñóz Camargo.
Visité las zonas antiguas
de los tlaxcaltecas. Fue cuando empecé a tratar de entender la historia,
empezaba a buscar el alma, el terna que debía tener importancia desde que
empezara hasta que terminara. El terna es la lucha de los tlaxcaltecas por su
libertad. Ha sido una lucha constante y continua.
Tlaxcala sigue luchando por
ser libre, lo hace corno hombre, como sociedad. Es tan grande la mancha que
inventaron los liberales de la supuesta traición de los tlaxcaltecas. Pero en
fin, dónde pintar? El poeta quería que yo pintara en el Teatro Xicohténcatl,
entonces yo ya para esos años había entendido una cosa, Tlaxcala no es la
ciudad, es el Estado y el palacio de gobierno es corno la casa y corno yo
siempre he tenido la idea de que los murales deben ser para todos, escogí el
Palacio de Gobierno.
En la planta baja la época
prehispánica, la colonial, independencia, siglos 19 y 20. Para cuando empecé a
dibujar no cabían. La historia está llena de contradicciones a los ojos del
hombre de ahora.
Mira tú, debes de
aprenderte de memoria el libro y saca tus propias conclusiones, porque si la
obre te sale bien la obra será tuya y si sale mal, el paquete es tuyo. Entonces
me eché encima todo el problema.
Para tratar de acercar me
a la verdad histórica, llegué a la conclusión de que en la etapa prehispánica,
cada nación era un pueblo. Cada uno de ellos tuvieron sus cronistas, olvidando
la de los otros o a veces diciendo mentiras de los otros.
Yo estudié a esos
cronistas para tratar de saber. Otro punto o pregunta era cómo vestían, de qué
altura iban a ser las figuras. Había que medir los espacios. Entonces me metí a
los códices a tratar de entenderlos y aprender a distinguir.
Todo ese trabajo se debió
en parte al segundo gobernador Anselmo Cervantes porque me dijo "consígase
unos ayudantes" y con él empecé a pintar la verdad con plenitud.
Al final ya la obra mural
es otro tema, es respetar el monumento que es de 1540 (el palacio de Gobierno).
Y pintarlo al fresco, pude haberlo pintado al óleo o al temple o al acrílico y
finalmente le di como título "Historia de Tlaxcala y su aportación a lo
mexicano a través de los tiempos"
CA Oiga maestro, ¿qué le
falta?
DHX La planta baja es lo
prehispánico, son nuestras raíces, la escalera es la transición, lo que fue
evolución.
Con la Revolución nace el
concepto auténtico de los mexicanos, "el nacionalismo". En mi
criterio se acaba en los años 20, mi gente tuvo que emigrar porque después eran
peleas de todos contra todos.
Un
trabajo físico, histórico, apasionadamente emocional, por más de 40 años de la
vida de este gran artista, quien nos acompaña a ver sus murales. Con una gran
parsimonia nos permite inquirir, comentar y hasta bromear un poco con esta
espléndida obra maestra que regocija los ojos, que alienta el corazón y que
hace que nos despidamos de un gran hombre, de un gran maestro que supo
sacrificar, en otras locas gloria y dinero en el Distrito Federal, para
trascender en su propia tierra. Al despedimos sabemos que estamos ante un
hombre que trascenderá los siglos. Así, con más gusto por la bella y renaciente
Tlaxcala, en paz y con mansedumbre, terminamos este libro.
Se
recomienda a los visitantes de Tlaxcala pasar al Palacio de Gobierno a conocer
la obra del Maestro Xochitiotzin y conocer los
horarios de los guías e historiadores.
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