Martes, 06 de Enero de 2015
Por Cuauhtémoc Anda Gutiérrez
El complicado entorno
del fin de año hizo que en el seno de la familia se cancelaran reservaciones
que teníamos para otros destinos y optamos por ir a Playa del Carmen en
Quintana Roo, en una travesía que resultó amable y placentera. Los servicios
del admirable hotel Gran Porto Real de Playa del Carmen resultó estupendo y
pasamos unos días entre adultos, jóvenes y adolescentes en un cálido ambiente
en el que aunque un par de días tuvimos lloviznas, a las que de inmediato
seguía el sol y su calor. Constatamos una vez más que la clásica 5° Avenida
cada vez se amplía más y el número de comercios, restaurantes, antros,
negocios, etc., crece más. Pero, digamos que la medalla de oro se la llevo el
paseo a Xcaret.
En efecto, para el
domingo 21 de diciembre, mi hijo Cuitlahuac tuvo la visión y la generosidad de
invitar a los 13 del grupo para pasar el día en Xcaret. Cuando le di las
gracias me dijo: - Desde hace años, dices que el mejor espectáculo del mundo es
el de Xcaret, así lo has escrito y sería absurdo que desaprovecháramos la
oportunidad de asistir ahora que estamos a solo 10 minutos.
Los adolescentes no
conocían el lugar y me multipliqué platicándoles sobre la gran emoción que
sentimos en 1989 un grupo de compañeros de la Comisión de Turismo de la Cámara
de Diputados que asistimos a Xcaret días antes de que se abriera al público el
río subterráneo. La emoción de nadar en un río subterráneo, oculto al sol y sin
embargo hay pequeños sitios donde el sol penetra y mantiene una penumbra a lo
largo del recorrido que es de más de un kilómetro.
En esta ocasión me
abstuve de entrar al río porque el agua es fría y estaba yo saliendo de una
fuerte gripe. Esta vez mis nietos me contaron lo emocionante que fue para ellos
y los gratos momentos que les dejó la travesía.
Con mi esposa decidí
empezar por el panteón, el que se inauguró hace 10 años, en el 2004, cuando
escribía mi libro “Quintana Roo: Coloso Mexicano del Caribe”, que me dio la
oportunidad de conocer al genial Arquitecto Miguel Quintana Pali (fundador de
Xcaret) y a su estupendo equipo.
Después caminando a
través de un Zoológico de animales presentados en su propio hábitat llegamos a
la playa con el ánimo de tomar una cerveza y leer en los camastros, disfrutando
el azul turquesa de su mar calmado. También había renta de snorkels, visores y
aletas, desde ahí veíamos también unas impresionantes lanchas que según se leía
llegan a los 300 kilómetros por hora. También se alcanzan a escuchar lo cantos
que se entonan en un amplio restaurante que de salida visitamos y a paso lento
por la tarde nos fuimos al restaurante mexicano al que llegamos alrededor de
las 4:00 de la tarde donde nos alcanzó el resto de la familia.
Pero antes notamos
que el restaurante tenía un impresionante menú de comida mexicana que incluía
barbacoa, chicharrón, pozole, menudo y claro, cochinita pibil, ya a las 17:00
hrs., vimos la “escaramuza charra”, jovencitas, magníficas amazonas
impecablemente vestidas, los charros luciéndose realizando actos circenses,
todo enmarcado al ritmo de la música y el mariachi, mientras dos charros
florean la reata en medio de aplausos y luego un espectacular desfile de
naciones con sus banderas, los que puestos de pie aplaudimos, así lentamente
dejamos el restaurante y caminamos unos metros para llegar a las nuevas
instalaciones del espectáculo nocturno llamado a dejarnos maravillados,
entramos y en un santiamén el recinto estaba lleno, se respiraba un ambiente de
gusto y armonía, porque había casi tantos extranjeros como mexicanos.
Pronto empezó el
espectáculo del juego de pelota, ese en el que fornidos guerreros intentaban
introducir una pelota de caucho en unas claraboyas que hacían las veces de
portería colocadas a poco más de dos metros de altura y para el efecto los
atletas golpeaban el caucho con la cadera. Estos juegos que se practicaban
desde antes que llegaran los españoles nos recordaron a nuestros ancestros.
La emoción aumento
cuando otro grupo de atletas entró a participar en un nuevo juego que consistía
en golpear pelotas incandescentes, poco más pequeñas que un balón de fútbol con
unos bastones como si fuera jockey, se golpea la pelota para tratar de introducirla
en una olla de fuego que está al final de cada punta de la cancha. Digamos que
un grupo trata de introducir la pelota de fuego en la olla que está al final de
la cancha sur y los que ahí defienden tratan de hacer lo propio con la olla de
la cancha norte, noté que varios de ellos corren descalzos y así hice reír a
algunos cuando me preguntaron -¿Qué te pareció?, dije: -ver fuego y estar
descalzo no es algo que a mí me guste… será por mi nombre, Cuauhtémoc.
A continuación
vinieron los voladores de Papantla, este es un show mundialmente conocido y
reconocido que nos da oportunidad para reflexionar que poco a poco se van
mostrando de lo que en 1992 al celebrarse en España los primeros 500 años de lo
que aquí llamamos el “Descubrimiento de América” y allá denominaron el
“Encuentro de dos Mundos”, recordamos poco a poco cómo se fue logrando un
mestizaje, del cual la mayoría de los mexicanos somos descendientes. Aquí mismo
a unos cuantos kilómetros está Akumal donde se dice que el mestizaje empezó
aquí al llegar dos náufragos españoles, uno de ellos Gerónimo de Aguilar quien
procreo y crio con la Princesa Zazil una familia que se supone son los primeros
mestizos.
El espectáculo
también comprende cantos de diversas regiones de nuestro país, la danza de los
viejitos, los sones jarochos, el mariachi jalisciense, música de la Revolución
y hasta boleros interpretados magistralmente por voces de primerísima calidad,
localice a dos damas, cuyo timbre de voz recuerda a Lucha Reyes y a tres
varones con el estilo de Jorge Negrete.
Sin duda una
majestuosa representación folclórica de la historia donde al final, todos
puestos de pie, gritábamos junto con otros extranjeros ¡Viva México!, mis
nietos y sus amigos dijeron: -me siento orgullosamente mexicano, de inmediato
exclamamos: Yo también. Gracias Arquitecto Miguel Quintana Pali y a su
talentoso equipo y este estupendo grupo de actores, atletas y cantantes que
entre el juego de pelota, el juego de las bolas de fuego, los voladores y
nuestras canciones nos sacudieron enérgicamente nuestra firme mexicaneidad. Lo
que sigue en este 2015, lo que nos toca hacer es bien cumplir con la tarea que
cada uno de nosotros, como ciudadanos tiene asignada. Hacerlo bien y con ánimo
para que este año se logre tener un verdadero FELIZ AÑO 2015.
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