Jueves, 26 de Febrero de 2015
Por Cuauhtémoc Anda Gutiérrez
El democrático calendario electoral nos obliga a
realizar elecciones a mediados de éste 2015, en medio de un ambiente tenso que
varios grupos delincuenciales han tensado aún más aprovechándose de un Gobierno
cuya respuesta ante la delincuencia ha sido débil e insuficiente.
En medio de ese entorno los principales actores
políticos, es decir, los partidos políticos en general han caído por diversas
causas en el desprestigio social. Se les ve lejanos y ajenos a los problemas
que nos abruman. Entre los precandidatos para la contienda hay muchos nombres
que no satisfacen a sus correligionarios y también por esto se dice que los
partidos están en crisis. La verdad es que hoy en día todos los partidos están
siendo cuestionados y la gente ya no oculta su antipatía ante los diferentes
colores de la política mexicana. La resultante predecible es que habrá el
próximo julio una alza en la tasa de abstencionismo al tiempo que se advierte
una mayor indolencia en los jóvenes de entre 18 a 29 años.
En medio de este ambiente sonó una declaración que
sacudió a toda la población Mexicana, dicha por el papa Francisco, quien
refiriéndose a su propia tierra, Argentina, aconsejó que no se fuera a
mexicanizar Argentina, aludiendo con ello a que no se fuera a llenar del crimen
organizado y tráfico de drogas, como según él está México, de acuerdo a lo que los obispos y eclesiásticos mexicanos
le han dicho. Yo añadiría que lo que le dicen más lo que lee sumado a la
tragedia de Ayotzinapa la que ha sido tópico de conversación en casi todos los
países del mundo.
La declaración de papa Francisco tomada por el lado
positivo debe servir para que los políticos mexicanos revisen su área de
influencia; los Gobernadores, cada uno su Estado, los más de 2400 presidentes
municipales supervisen de cerca los trabajos que se hacen en su área de
gobierno y pedir auxilio cuando consideren que son insuficientes para combatir
al crimen organizado.
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