Martes, 19 de Enero
del 2016
Por Cuauhtémoc Anda Gutiérrez
Al empezar el año del 2016, a 400 años de la muerte del
genial escritor en lengua española Miguel de Cervantes Saavedra he pensado en
las múltiples ideas que se nos pueden ocurrir a los mexicanos y a todos los
hispanoparlantes del mundo ¿cómo conmemorar a este genio?
Lo primero que se nos ocurre es por la vía de los niños,
recordar y agradecer no al creador del idioma español, sino aquel que desde
hace siglos es reconocido como el mejor escritor de nuestra lengua, pero no
sólo como un estupendo literato, sino porque hizo que los principios básicos de
nuestra cultura que tienen que ver con la honradez, con el amor, con la
caballerosidad y nuestros anhelos de justicia con las virtudes de las mujeres y
la bonhomía de los hombres y de los seres bien nacidos conforman un hato de
buenas costumbres y virtudes. Asimismo es conocido que, después de la Biblia,
El Quijote es el libro más leído y editado en español, de plano es el libro más
leído en todo el mundo Occidental.
Desde luego estoy consciente que para todo lo anterior no es
menester recordar a grandes hombres pero en el caso que nos ocupa y que la
trama de su escritura versa alrededor de esto me parece interesante aprovechar
para detonar en las escuelas del país en sus diferentes niveles y además
aprovechando los modernos medios de comunicación como el cine, el teatro, las
representaciones estudiantiles, los concursos tanto de oratoria como escritos,
entonar en los coros escolares cantos alusivos, concursos de dibujo, así como
bailables y obras teatrales, etc.
La radio tiene mucho que hacer en este terreno, tanto con la
creación de radio novelas y la televisión con telenovelas, se me ocurre el
nombre de “Dulcinea del Toboso”,
porque también a los jóvenes y la gente madura les gusta la obra de Cervantes y
disfrutan muchas de las aventuras y sabios ejemplos que el “Quijote” dio con
“Sancho Panza”.
Por otra parte, cabe señalar que otro enorme hombre de letras
William Shakespeare es considerado el mejor escritor de lengua inglesa y que
por una increíble coincidencia de la vida también murió en abril de 1616, por
tanto también estará cumpliendo sus cuatrocientos años de haber dejado una inmensa
herencia literaria para el mundo de habla inglesa.
El 23 de abril, es un día simbólico para la literatura
mundial ya que ese día en 1616 fallecieron Cervantes, Shakespeare y el Inca
Garcilaso de la Vega. La fecha también coincide con el nacimiento o la muerte
de otros autores prominentes como Maurice Druon, Haldor K. Laxness, Vladimir
Nabokov, Josep Pla y Manuel Mejía Vallejo.
Fue natural que la Conferencia General de la UNESCO,
celebrada en París en 1995, decidiera rendir un homenaje universal a los libros
y autores en esta fecha, alentando a todos, y en particular a los jóvenes, a
descubrir el placer de la lectura y a valorar las irremplazables contribuciones
de aquellos quienes han impulsado el progreso social y cultural de la
humanidad.
Por ello, cada año, la UNESCO y las tres organizaciones
profesionales internacionales del mundo del libro (la Unión Internacional de
Editores, la Federación Internacional de Libreros y la Federación Internacional
de Asociaciones e Instituciones Bibliotecarias) eligen una capital mundial del
libro cuyo mandato empieza cada 23 de abril. Así, la iniciativa se añade a las
celebraciones del Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor y pone de
manifiesto la colaboración entre los principales actores del sector del libro y
el compromiso de las ciudades para promover el libro y la lectura.
La ciudad de Incheon (República de Corea) fue elegida en el
2015 en reconocimiento de su programa encaminado a promover la lectura entre
los jóvenes y los sectores desfavorecidos de la población, de acuerdo con el
Comité de Selección.
En nuestro país, en Guanajuato, el Museo Iconográfico de “El
Quijote”, traerá a la Ciudad de México una parte de su acervo para celebrar los
400 años de Cervantes.
Finalmente, recuerdo que en varias ciudades europeas el 23 de
abril se estila regalar un libro a las novias y la librería aporta una flor en cada
ejemplar, en lo particular me parece una bonita costumbre, además de los descuentos
y promociones que las librerías efectúan. Hay lugares clásicos, como en Francia
en los puestos a las orillas del Río Sena, en Madrid en las librerías que están
en la Gran Vía y en las populosas ramblas de Barcelona con un sello y un sabor romántico
y bullicioso.
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