jueves, 18 de agosto de 2016

LOS JUEGOS OLÍMPICOS DE RÍO


Jueves, 18 de Agosto de 2016

POR CUAUHTÉMOC ANDA GUTIÉRREZ


Están Concluyendo los Juegos Olímpicos en Brasil que como cada cuatro años nos traen ilusiones, esperanzas y desesperanzas. A menudo porque acariciamos sueños muy difíciles de concretarse.

Una vez más vemos a jóvenes de muy diversas partes del mundo lograr sorprendentes hazañas que dada nuestra escasa dimensión quedan muy lejos de nuestras capacidades.

Lo anterior no es novedad ni en ésta ni en otras olimpiadas. En efecto, habida cuenta del número de habitantes en el planeta (ahora ya contamos con más de 7 mil millones), es muy difícil, entre los 15 mejores de cada especialidad y más complicado aún es estar entre los tres primeros, por esto el Marqués Pierre de Coubertin, en 1896 cuando se revivieron los Juegos Olímpicos que en la antigüedad se practicaban en Grecia, dijo que lo importante de los Juegos no era ganar sino competir.

Así que el resultado es normal, poco ganadores, muchos competidores y todavía un público más amplio a través de los cada vez más modernos y eficientes medios de comunicación a través de los que seguimos con deleite las competencias y maravillados ante su magia vemos a miembros de diferentes países que hace muy poco estaban en guerra, disfrutando de los beneficios que trae consigo la paz.

Estas competencias suelen empezar con el desfile de la selección de cada país, este evento sirve para enterar al público de quienes lucharan por los colores de su respectivo país y sin duda significa un legítimo orgullo a cada uno de ellos estar seleccionado y defender los colores en una tierra ajena.

Cabe señalar que los jóvenes deportistas dan muestra de tener una disciplina especial para dedicarle una buena parte de su vida a alguna actividad que tiene las características de gustarles mucho y que les exige una rígida disciplina.

Desde luego hay jóvenes que les gustan disciplinas como el boxeo o el fútbol o el tenis, pero en estos casos hay amateurs y hay profesionales. Estos últimos ganan muy bien en cambio los amateurs lo hacen gratuitamente.

En cambio hay disciplinas que son fundamentalmente amateurs como el atletismo de pista y campo, la natación, el taekwondo, etc. Pondero estos elementos porque hay comentaristas que llegan a extremos, como aquel que regaño a los mexicanos de diversas competencias que terminaron en cuarto lugar, es decir, fuera de las medallas. Ésta forma de tratar a los deportistas me pareció injusta porque ocupar el cuarto lugar mundial de la disciplina que sea debe de ser complicadísimo y es absurdo desdeñarlo.

Cuando niño empecé a conocer los resultados de las Olimpiadas a través de la prensa, en particular estando en secundaria compraba el periódico “La Afición” ahí leí sobre el Coronel Mariles y su legendario caballo “Arete”, luego el gran clavadista Joaquín Capilla.

En los años 50’s del siglo pasado llego la televisión a las casas, pronto pudimos seguir por ese medio las siguientes Olimpiadas y pero la de 1968 nos trae emotivos recuerdos porque por primera vez el mundo pudo ver a colores, gracias a González Camarena y a los ingenieros Politécnicos Eugenio Méndez Docurro y José Antonio Padilla Segura. Vimos ganar a Felipe “El Tibio” Muñoz. Respecto a los deportistas del nivel de Juegos Olímpicos hay varios libros, ha llamado la atención el libro “Fuera de Serie” de Malcolm Gladwell.

Mención especial creo que merece quienes se destacaron cuando estudiantes para llegar a la Selección Nacional y luego en la contienda internacional ganar y después lo más importante llevar una vida tranquila y sosegada aún a sabiendas de que su fama nacional e internacional los abochorna al grado que no pueden pasar desapercibidos, ni cuando van al cine o algún evento deportivo.

Tal vez convenga señalar el mucho trabajo que en general nos cuesta la disciplina, cuando ésta es por la escuela donde perseguimos metas más altas, algún título alrededor del cual construir nuestra vida, pero cuando es solo por una afición cuesta más trabajo aceptar una disciplina adicional y además altamente rígida que obliga a seguir dietas rigurosas, en la que no hay que desvelarse, ni tomar bebidas alcohólicas, por mi parte y al concluir estos juegos seguiré viendo a los deportistas mexicanos que asistieron como claro ejemplo para la juventud.



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