Jueves, 25 de junio del 2015
Por Cuauhtémoc Anda Gutiérrez
Después del famoso “llueva o truene” al que aludió el
Secretario de Educación, Emilio Chuayffet, quien compareció ante la Comisión
Permanente del Congreso de la Unión. Paralelamente, la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, se manifestó respecto a los amparos que la CNTE y
compañía metieron a la Corte, pidiendo que se anularan los exámenes de evaluación
docente, en virtud de que violaba sus garantías laborales, todo con el objetivo
de frustrar la Reforma Educativa.
La respuesta de la
Suprema Corte fue contundente, al rechazar la demanda de amparo y argumentó
varias causas por las cuales llegaron a esta conclusión. Afirmó que la
Evaluación Docente no sólo es constitucional sino que busca garantizar el
derecho de los niños a una educación de calidad. Desde luego los “maestros” se
inconformaron por el rechazo y amenazaron con acudir a organismos
internacionales, donde puedo anticipar que también serán rechazados, porque
casualmente en todo el mundo, el gobierno de cada país tiene la responsabilidad
de manejar la educación pública y la evaluación es un instrumento, a la fecha,
inmejorable para medir el desempeño o al contratar docentes. De esta manera, la
CNTE ha perdido el argumento legal que pretendieron esgrimir ante el máximo
tribunal del país.
Lamentablemente por
la actitud beligerante que la CNTE ha mostrado, no es de extrañarse que, con
tal de defender el negocio, que ha significado la venta de las plazas, seguirán
peleando y dando lata, hasta que los gobiernos estatales se decidan a castigar
a quienes violan las leyes, incluso acompañándose de violentos manifestantes
enmascarados.
Una pequeña muestra
de lo anterior es que el día de ayer, miércoles 25 de junio en el Distrito
Federal, los periódicos de este día señalan que cerraron 67 escuelas, así lo
reprocha el periódico Reforma “las escuelas en las que no hubo clases estudian
aproximadamente 13 000 alumnos de educación primaria de un total de un millón
400 mil estudiantes, principalmente de colonias de las delegaciones Iztapalapa
y Gustavo A. Madero. Cabe destacar que el magisterio disidente dice haber
suspendido las clases en 300 escuelas públicas” (Pág. 7, 25 de junio).
Es legítimo
preguntarse ¿qué buscan?, ¿abrir nuevos frentes?, ¿les duele la derrota? Cuando
amistades del extranjero nos preguntan sobre el conflicto de los maestros y lo
ligan con Ayotzinapa, da tristeza y vergüenza reconocer estos dos temas
diferentes que han ensombrecido la imagen de México y nos han avergonzado como
seres humanos.
Los niños que más han
sufrido por las movilizaciones de la CNTE se ubican en las regiones más pobres
del país, donde una parte importante los niños están en su casa porque los
maestros están en huelga y esto tiene décadas en las que no pueden cumplir
cabalmente con los programas de estudio y de asistir los 200 días a la escuela.
Desde luego que al hacer las pruebas como ENLACE y PISA o la que sea,
tristemente se refleja siempre su atraso escolar, esa es la perversa obra de la
Coordinadora y de los seres humanos que sin tener vocación de maestros ni los
estudios necesarios se atreven a cobrar plazas en esas regiones pobres.
Pero ¿Por qué nos
pasa?, ¿desde cuándo empezamos a caer en estos vicios?, porque un error
reconocido es un error corregido a medias, la Reforma Educativa es la respuesta
que este Gobierno ha encontrado y que con audacia se atreve a llevar a la
práctica, precisamente en este contexto se presentó la comparecencia del
Secretario de Educación Pública del 24 de junio, donde se escucharon quejas diversas
y temas relevantes para la entrada en operación del sistema.
Dentro de éste marco
hubo algunos ataques contra Emilio Chuayffet y algunas opiniones en forma de
consejos, pero lo que llamó la atención, es que no escuché ni he leído en los
periódicos que alguien haya dicho que es un error o que está mal la Reforma
Educativa. Claro que era lógico, porque dicha Reforma pasó por la mayoría
calificada de las dos Cámaras aquí representadas y luego por el Constituyente
Permanente hasta ser firmada como ley por el Presidente Enrique Peña Nieto.
También se escucharon voces mesuradas y conocedoras del tema.
Ante las críticas de
¿Por qué no se les descuentan los sueldos a los huelguistas?, Chuayffet reiteró
que, quienes llevan los controles de los maestros están en las entidades y son
los directores y supervisores y si ellos no envían las listas de los nombres de
los huelguistas, entonces no tiene elementos para descontarles la nomina. Pidió
no queda claro quién es el patrón sustituto de los maestros, porque en 1992 hubo un acuerdo interno a favor del
sindicato, ayúdenos ustedes.
El Presidente de la
Comisión de Educación, el Senador Juan Carlos Romero del PAN dijo que “es una
perversión que el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y
la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) sean los
encargados de supervisar la asistencia de los profesores de los planteles
educativos y que ellos mismos sean quienes decidan si se les paga o no”.
Añadió “Considero que
es necesario llevar a cabo una revisión del acuerdo suscrito entre el Ejecutivo
Federal y los Gobiernos de los Estados en materia educativa”
Porque “El Sindicato
se convirtió en patrón, entonces bajo esa argumentación que pague la
Coordinadora, es el patrón que toma las decisiones de ingreso, de permanencia,
de promoción en el caso de Oaxaca…”
“No puede haber
fuerza mayor que el Estado Mexicano, entonces si el Congreso puede ayudar, con
mucho gusto vamos a invitar a los Gobernadores, lo que están viviendo y qué
soluciones pueden dar”…
“Los Gobernadores ni
pagan ni mandan, y el Gobierno Federal si paga y no manda…”, “este juego de que
centralizó pero no centralizó, es una perversión”.
Hubo otros dimes y
diretes sobre estas prácticas sindicales perversas, que si las empezó Elba
Esther Gordillo, que si con ayuda del PRI, y después los priistas dijeron que
los gobiernos del PAN le dieron alta jerarquía no sólo de en materia de
educación sino también en la Lotería Nacional y en el ISSSTE, en fin. Romero
dijo que esos dimes y diretes del pasado no ayudan a nuestra situación actual,
que es la Reforma Educativa.
Aunque trato de ser
optimista, creo que vamos bien, pero coincido con el comentarista Sergio
Sarmiento que dice que “no importa lo que diga la ley, lo líderes de la CNTE seguirán
defendiendo su negocio”. ¿Será?
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