Martes, 16 de junio del 2015
Por Cuauhtémoc Anda Gutiérrez
En el año 2004,
cuando faltaban 30 meses para la elección presidencial del 2006 escribí un
libro preocupado por las ansias que parecía mostrar la esposa del Presidente
Fox, Martha Sahagún en su afán por querer suceder a su marido en el cargo. Un
destape con tanta anticipación tendería a desajustar la agenda política del
país, como parcialmente sucedió y que narro en mi libro “Nociva Sucesión Presidencial
Anticipada” publicado en el 2004 y cuyos primeros párrafos del prólogo
describen la situación…
Desde mayo del 2003 cuando se publicaron dos libros,
alrededor de la vida de la señora Marta Sahagún de Fox, percibí como muchos
otros una especie de deseo de la “primera dama” por suceder a su marido. Las
crónicas periodísticas, la puesta en escena en el teatro de la “Marta del
Zorro”, los comentaristas y las caricaturas nos hicieron pensar en una nociva
sucesión presidencial anticipada a 38 meses de la elección de julio del 2006.
Es cierto que los “amigos de Fox” se formaron tres años antes de la elección de
julio del 2000 y aunque él era gobernador no era miembro del partido en el
poder (“PRI”). En el caso que nos ocupa, es obvio que la esposa del Presidente,
por su presencia en “Los Pinos”, compite inequitativamente con cualquiera de
los otros candidatos.
Pero más importante que la inequidad, es que con una economía estancada
y un mayor desempleo, la dinámica política en que entró el país por el proceso
de sucesión anticipada de Los Pinos,
hizo que autoridades, políticos y hasta líderes empresariales descuidaran sus
actividades. De esta manera, el lacerante rezago educativo que incluye a cerca de seis millones de adultos
analfabetas, a más de doce millones que no han terminado la primaria y a quince
millones que no han podido terminar la secundaria, revela que alrededor de
treinta y tres millones de mexicanos no están preparados para los retos del
siglo XXI. Mientras tanto, los políticos discuten si Martita puede o no ser
candidata.
El estancamiento económico ha agudizado el desempleo. También tenemos
problemas con el medio ambiente, exceso de mano de obra en el campo y crisis
por las pensiones en el IMSS y el ISSSTE entre otros problemas desatendidos.
Vivimos en medio de una lastimosa inseguridad; no obstante, los
políticos hablan de quién o quiénes serán los candidatos de los diferentes
partidos sin percatarse de que faltan muchos meses para tal evento. Es evidente
que este proceso anticipado nos cuesta dinero y nos perjudica distraer a la
opinión pública en asuntos que en su tiempo se darán y que desde ahora ha roto
el diálogo entre los interlocutores políticos.
El Presidente no había recibido en más de un año al Jefe de Gobierno
del Distrito Federal; el Jefe del Gobierno dice que todo es un complot al
tiempo que descalifica la marcha ciudadana del 27 de junio; el Presidente culpa
al Congreso de que no haya reformas; los legisladores dicen que reciben las
iniciativas sin ningún cabildeo y que el
Ejecutivo no tiene operadores políticos; los procuradores del D.F. y del Estado
de México se quejan de la Procuraduría General de la República, los
gobernadores se lamentan abiertamente de que no se les reparten los recursos
adicionales generados por el aumento del precio del barril del petróleo etc,
etc..
Este desaseo político se vio clara y lastimosamente reflejado en el
triste espectáculo del primero de septiembre del 2004; con manifestantes,
sindicatos protestando, con caos vial; con el Estado Mayor y la policía
preventiva cerrando vialidades, poniendo vallas y volviendo un “bunker” el
Palacio Legislativo.
Luego de un IV Informe atípico en el que el Presidente se veía cansado
y en ocasiones molesto por tanta abrupta interrupción, contrastó la anterior
imagen de aquel candidato Fox, tan carismático y echado para adelante, y el
ahora débil y a veces desanimado Presidente Fox del IV Informe, observándose
una transformación notable.
Lo que siguió fue
historia, pero ahora me parece curioso que estando a 37 meses de la elección
para el año 2018, como que la historia vuelve a repetirse, ya tenemos precandidatos abiertamente circulando
me refiero, claro a Andrés Manuel López Obrador, quien ha anunciado que quiere
ser candidato a la presidencia, otra vez, ahora por el partido Morena que él
fundó.
Por su parte, Miguel
Ángel Mancera ya dijo que si la gente lo pide él sería candidato y Margarita
Zavala, esposa del ex Presidente Felipe Calderón ya anunció públicamente sus
deseos por ser la candidata del PAN al 2018. Desde luego los aspirantes están
en su derecho, mientras las autoridades electorales no consideren que actúen
ilegalmente. Lo que en el libro que escribí, describo es que hacen daño al
Gobierno del Presidente en turno, porque distraen a la opinión pública de los
asuntos del día a día posponiéndose para aún después los diferentes temas
pendientes.
Por su parte, políticos
amigos del Gobernador DE Puebla, Rafael Moreno Valle, también lo están candidateando.
En medio de esta efervescencia política, es de desearse que los priistas mantengan
la disciplina y no se alboroten, siguiendo la máxima que dijo Fidel Velázquez “Que
nadie se mueva, porque el que se mueve no sale en la foto”, Recordemos que Roberto
Madrazo si se movió y llevó al PRI a una sonada derrota cuando ganó Felipe Calderón.
El efecto inmediato es que la Sucesión Anticipada debilite al Gobierno en turno.
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