Jueves,
07 de abril de 2016
Por Cuauhtémoc Anda Gutiérrez
Hace unos días me enteré de la muerte de un
extraordinario servidor público de nuestro país, Don Fernando Solana Morales.
Lo conocí en el Movimiento de 1968 cuando siendo el Secretario General de la
UNAM, al lado del admirable Rector Javier Barros Sierra, marcharon y apoyaron
con dignidad a la UNAM.
Años después lo conocí trabajando, en efecto él era el
Secretario de Educación Pública, cuando el Dr. Héctor Mayagoitia fue nombrado
Director General del Politécnico y un servidor Secretario General en diciembre
de 1979. De inmediato encabezados por Mayagoitia empezamos a elaborar dentro
del Consejo General Consultivo del IPN la Ley Orgánica que con la ayuda de
Solana y del Presidente López Portillo fue aprobada en 1981. Por cierto, es la
ley que sigue vigente en el IPN.
En esa etapa me resultó muy agradable conversar dos o
tres veces sobre el tema con Don Fernando donde me desconcertó su amplísimo
conocimiento que tenía sobre el Congreso de la Unión, sobre cómo funcionaba la
Cámara de Diputados y la Cámara de Senadores y lo que más me asombró era su
profundo conocimiento sobre el Politécnico dado que sus tres carreras las había
estudiado en la UNAM. En efecto, estudió Ingeniería, luego Filosofía y Letras y
finalmente Administración.
En septiembre de 1980 me tocó presidir la Cámara de
Diputados y agradecido con él le pregunté –señor Secretario tengo el alto honor
de que a partir del primero de septiembre voy a presidir la Cámara y me tocará
contestar el 4° Informe del Presidente López Portillo, tengo unos minutos para
poder hablar de la Secretaría de Educación, ¿qué me aconseja usted, para que la
Secretaría de Educación esté bien representada?, me dijo: - para nosotros en la
Secretaría es un honor y nos sentimos orgullosos de que usted del sector educativo
tenga esa distinción.
Salí de su oficina muy emocionado, francamente su
sencillez y su humildad me resultaron conmovedoras por su labor en la SEP.
Recuerdo que creó el Instituto Nacional de Educación
para Adultos (INEA) porque era bochornoso saber de los millones de mexicanos
analfabetas que han transitado por la vida sin concluir la primaria y otro
tanto sin concluir la secundaria. También creó el Colegio de Educación
Profesional Técnica (CONALEP), cuyo sistema ha producido y produce un alto
número de profesionales técnicos.
Años después, en la LIV Legislatura (1988 - 1991),
desde la Cámara de Diputados me tocó promover el Tratado de Libre Comercio con
Estados Unidos y Canadá, en está época volví a conversar con Don Fernando quien
era el Secretario de Relaciones Exteriores, una vez más me asombró su
conocimiento del tema y con el toque diplomático que se le daba muy bien y
desde luego gracias al Secretario de Industria y Comercio Jaime Serra Puche y
su equipo lograron llevar a buen puerto al TLCAN que tanto bien ha traído a
nuestra economía.
El grato recuerdo que nos deja este gran mexicano lo
resumió su hija Eugenia en el Homenaje Luctuoso que le hizo la Secretaria de
Relaciones Exteriores, quien describió a su padre como “una institución en este
país y deja un legado de integridad, honradez y eficacia. Deja un aprendizaje
de que se puede amar a México, se puede trabajar, hacer muchas cosas por
nuestro país para que no bajemos la guardia y continuemos adelante”.
A su hija Eugenia a quien le damos nuestras condolencias
le decimos también que tiene razón, su padre fue un servidor público gigante y
por lo que nos ayudó gritamos de agradecimiento un ¡¡¡Huelum!!!
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